No hay luces que brillan en nuestra casa. No hay paquetes con lazos debajo de un árbol de plástico que se decora de objetos de colores y brillos.
La marea está calma y las sonrisas parpadean. Las horas, casi, andan iguales. Al mismo paso, que la estación pasada.
Francisca no sueña con navidad. Es ajena a ella. Y, a la construcción de comportamientos y sentimientos que danzan alrededor de esta celebración.
Hoy ha pasado sus propios límites como otros tiempos, como otras horas. No huele la emoción y la alegría. Tal vez, la frustración o tristeza. El desvelo adrenalínico.
¿La soñará? La festejará o se ganará su indiferencia . La mirará con cierto rechazo o se opondrá.
¿Cuándo Francisca?
Descubrirás la navidad.