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Escucharlas a pesar del enfrentamiento con mi conciencia, de mi maternidad y mi sombra espesa.
Escucharlas, dibuja una curva íntima que nos teje, como hoy y siempre.
Nuestra ironía, nuestro sentido del humor, levanta a los muertos y revive los sueños.
Escucharlas, libera infinitamente, corta en trozos mis extremidades para unirlas a su antojo o el mío.
Quiero escucharlas, necesito escucharlas. Cuando brotan sus palabras, broto en ellas y regreso corriendo para regarme a la sombra, con cuidado para seguir viva y escucharlas.
Nuestros silencios me escuchan y las escuchan.
Armonía de mujeres, canto a la amistad.
Escucharlas hasta el último día, un juego más en la despedida.