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Imagino entonces que Francisca y su generación podrían elegir al menos entre tres posturas:
A. Potenciales activistas: Luchadoras por la igualdad de derechos de grupos estigmatizados por su color, condición social, religión, identidad sexual, lugar de procedencia, nivel jerárquico, etc. y resolver su vida en consecuencia con tales principios.
B. Ciudadana Indiferente: ¿Por qué no? Callará las humillaciones que “tenga” que sufrir y hará “la vista gorda” cuando lo atestigüe en su entorno. Tal vez, llegue a despreciar a algún ser cuando las circunstancias se lo permitan.
C. Racista Consciente: “En definitiva, las sociedades están ancestralmente estructuradas en base a quienes ejercen poder y quienes lo acatan. Y son pobres quienes quieren serlo.” Explicará Francisca a sus diecinueve años.
Aprovechará sus privilegios, tuvo y tiene qué comer, nunca le faltó acceso a salud y educación. Y, aunque es mujer engrandecerá la sociedad que le convenga, la misma que denigrará o alabará según su conveniencia.
Lee detenidamente las tres opciones y elige el posible futuro de tu hijo o hija.
Marca A, B o C