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El riesgo de que algún día padezca cáncer a la mama es latente.
Mis tetas siempre están puestas en la lupa médica. Lamentablemente, cumplo con casi todos los criterios para desarrollarlo, el más alarmante: una madre que sufrió ese cáncer a los cuarenta. La misma madre que, después de perder un seno, no me privó de lactar del que le quedaba.
Estas mismas tetas, mías, potencialmente enfermas, alimentan el cuerpo y la seguridad de mi hija desde hace dos años. En una sala de espera, en una plaza o en el asiento imaginariamente cómodo de cualquier parte.
Alguna vez, una amiga cercana me ha preguntado sobre mi pudor, e incluso le ha consultado a su pareja qué opina sobre mi licencia maternal.
–Creo que prefiero ausentarme mientras le da de lactar- Respondió el entrevistado.
Mi país, Perú, ostenta un promedio alentador de lactancia materna. Sin embargo, he sido testigo de situaciones en donde las madres que usan ropa interior de colección, deciden omitir la lactancia. Y si optan por llevarla a cabo, buscan un espacio VIP -entre mujeres, claro- para recién ahí sacar al aire libre la ansiada teta de la o el bebé.
¿Qué simbolismo tienen las tetas para la sociedad?, me pregunto.
Sospecho que la primera representación, para la masa adulta, será la sexual. Unas bien grandes y artificialmente erguidas, pero que, si son de la madre, hermana o pareja tendrían que pasear por los jirones muy bien cubiertas. Muy bien cubiertas, incluso, si su voluptuosidad se debiera a mililitros de leche apurada por nutrir a esa o ese lactante hambrienta o hambriento.
Las mismas erotizadas mellizas son víctimas de una de las más temidas enfermedades que, irónicamente, convierten a la paciente en el extremo opuesto de lo que las portadas de algunos diarios o revistas venden para comercializar el ideal de ellos, ellas y elles.
¿Será esa teta enferma una de las segundas opciones que aparecen al nombrar la palabra en cuestión?
Esas tetas y mis tetas, en sus distintas dimensiones, desfilan, entonces, por los terrenos de la censura, la excitación, el consuelo y el alimento, como nido de células cancerígenas, la extirpación y la foto “fotoshopeada” de una publicidad.
¿Qué tetas tienes tú?